lunes, 1 de noviembre de 2010

NOS TOCA.

Tras haber vivido emociones muy fuertes, en estos últimos días. Luego del llanto desconsolado, de la tristeza profunda, del desahogo colectivo, de alguna sonrisa por escuchar ese chiste “picarón” con el cual “el flaco” sorteaba las chicanas mas absurdas de los noteros que recibía con total espontaneidad, de la tranquilidad que da ver a Crsitina haciéndose cargo de toda la situación, de esa sorpresa que nos dio el hecho de encontrar a “ese conocido de tal lugar” que no esperábamos ver en la plaza.
Hoy la historia continúa, como cantaba
Freddie Mercury, el show debe seguir. Por supuesto que sí, pero con más compromiso que nunca.
Parece mentira, pero Néstor nos sigue interpelando, a nosotros/as a los/as militantes, a los/as abogados/as, a los/as trabajadores/as, a los/as profesionales, a los/as universitarios/as, a los/las secundarios, a los/as argentinos…. A TODOS. NOS TOCA, es hora de profundizar todos los cambios que se vinieron gestando en estos últimos siete años, de sumar compañeros, de contener a todo aquel que quiere participar, de potenciar a todo aquel que tiene algo para aportar. A partir de este momento, es nuestra responsabilidad y obligación con el compañero NESTOR, que el 2011 nos encuentre unidos y militando.


A continuación, una reflexión de un Compañero.


A los compañeros, unas palabras:

Hemos perdido a un luchador popular miserablemente traicionado. ¿Pero traicionado no fue Güemes y sus milicias en el norte? ¿Traicionado no fue San Martín por la oligarquía portuaria que lo pretendía a él y a su Ejército de Los Andes para combatir a los caudillos federales? ¿Traicionado no fue Artigas para luego ser desterrado al Paraguay? ¿Traicionado no fue Rosas para ser históricamente sepultado en un subsuelo que demoró casi un siglo en volver a sublevarse? ¿Traicionado no fue el General Perón el 16 de septiembre de 1955 por una Armada con municiones suministradas por la flota británica? La traición es parte natural y muchas veces imprevisible de nuestra historia y en lugar de ella deberíamos ocuparnos en lo que realmente importa para seguir transformando a la Argentina, en nosotros. ¿Dónde y cuándo se consolida el sujeto colectivo kirchnerista que desde hace 7 años muchos compañeros vienen construyendo? El repiquetear estridente de las cacerolas que “un martes de marzo” bajó desde los balcones de la vieja Gran Aldea nos brindó el preámbulo de una comedia -porque en el siglo XIX fue tragedia- que nos vino a recordar que Caseros y Pavón son aún el drama irresoluto de la vida nacional. Juntos comprendimos que el “conflicto del campo” no era el conflicto del “campo” sino el gran dilema que los argentinos debemos resolver y que tiene por opuestos a dos modelos económicos y culturales dicotómicos que en 200 años no ha encontrado una superación dialéctica a favor de los intereses populares. “Diálogo” y “Consenso” nos dicen los liberales. ¿Puede consensuarse el cínico sabor del champagne de la desgracia con las inmensas columnas de convicción humana que hace dos días marchan para llorar a El Hombre que No Estuvo Solo y que No Esperó? ¿Y acaso queremos seguir dialogando con el Fin de la Historia si nuestra pretensión es Refundarla? No compañeros, no murió Néstor Kirchner. Lo que ha perecido son los 90 pero su cadáver está tibio. Enterrar el neoliberalismo es nuestra función histórica. Desde el año 2003 el filo del sable que San Martín le legara a Rosas se mostró incólume. Corta, y corta profundo. En 7 años ese sable ha desentrañado a la antipatria desandando paciente pero intensamente la colonización pedagógica que nos ha convertido en objetos de mercado en lugar de sujetos colectivos que se realizan en comunidad. Esta historia tiene un protagonista que formó parte de una generación que quiso tomar el cielo por asalto y fue embaucada por el infierno más sombrío. Militante por antonomasia, se recuperó y construyó el poder necesario para llevar adelante -en gran parte- las transformaciones sociales que el pueblo anhelaba. Es la historia de un protagonista que como El Facundo aún sigue de pie para finalizar la revolución nacional inconclusa. Pero esta narración histórica también nos tiene como protagonistas a nosotros, que somos él, convertidos en cientos, miles, millones como Evita quería. Con nuestras identidades y nuevos significantes vamos construyendo la continuación de una historia que nos apasiona hasta lo más íntimo de nuestras entrañas. Yo no se ustedes pero entre lágrimas he logrado sonreír cuando me enteré que las acciones en Wall Street, luego del hecho que nos conmovió a los argentinos y como causa de éste, “fueron a la alza” el miércoles 27 de octubre de 2010. Fue casi una señal socarrona desde el cielo: “Ahí está muchachos, el enemigo no duda ni un minuto en avanzar. No duden ustedes tampoco”. Nosotros luchamos por esta patria. Ellos por su capital.

Martín Gianella. La Cámpora.




2 comentarios:

  1. Muy bueno. Las palabras del Cro. Gianella resonaron en mi cabeza durante estos días entre tanta lectura y mirada, se destacaron.

    Un abrazo grande.

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  2. Acérquense abogados, acérquense compañeros, es nuestra oportunidad. Es un momento único. No se trata de libros, de historias viejas, hoy la historia nos pasa por nuestras narices, está ahí, hagamosla. Por Néstor y por Cristina.

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