Tenía 28 años.
"Chicho" militaba en la Comuna 11, en la Ciudad de Buenos Aires, donde vivió toda su vida. Con mucho esfuerzo pudo abrir un kiosco en el barrio y por eso lo conocían muchos pibes.
Nosotros queremos recordarlo a él, como un ejemplo para todos. Queremos recordarlo por su solidaridad y por su sello distintivo: Chico emanaba alegría por todos los rincones por donde pasaba. Su bandera era su sonrisa.
Y esa sonrisa no era casual, porque era plenamente conciente del proceso político que vivimos, el cual cambió su propia vida. Pero como todo buen militante de las causas populares, con eso no le alcanzaba.
"Chicho" decía que sólo tenía un sueño: que no haya ningún pibe viviendo en la calle.
Recorría día y noche todas las esquinas y las plazas del barrio donde viven otros jóvenes en condiciones de marginalidad. Y al volver siempre decía: "A esos guachines hay que darles una esperanza y ¿sabés cómo se enganchan?".
Esa misma indignación y tristeza opr las injusticias fueron las que lo motivaron a sumarse a La Cámpora. Y fue esa misma alegría que le dio la militancia y un proyecto colectivo lo que le daba fuerzas cada día para luchar conciente de que no se rendiría hasta dar todo por cumplir aquel sueño.
Amaba profundamente la vida y eso se notaba.
Por eso, pese al dolor, su familia quiere despedirlo en el lugar en el que Chicho era más feliz. Ese lugar es donde él convocaba a otros pibes para inscribirse al Programa de Empleo Joven. Ese lugar pasó a ser en muy poco tiempo su segundo hogar, la unidad básica del barrio de Paternal.
"Chicho" nos deja una frase que repetía constantemente: "Somos nosotros". A cada compañero que se sumaba, le explicaba que esa frase sintetizaba el orgullo y la alegría de ser lo que somos como parte de este proyecto.
Acá seguirás con tu sonrisa maradoniana siempre a cuestas, bailando al compás de los bombos y cantándole a Nétor mirando al cielo. Acá seguirás, entre nosotros y en el recuerdo vivo de aquellos que nunca mueren.
Y acá seguiremos nosotros recordándote como merecés: militando para que no haya más injusticias ni pibes con hambre.
Quedate tranquilo, Chicho, somos nosotros.
*Extraido de la página web oficial de La Cámpora
http://www.lacampora.org/2011/06/24/somos-nosotros/
"Chicho" militaba en la Comuna 11, en la Ciudad de Buenos Aires, donde vivió toda su vida. Con mucho esfuerzo pudo abrir un kiosco en el barrio y por eso lo conocían muchos pibes.
Nosotros queremos recordarlo a él, como un ejemplo para todos. Queremos recordarlo por su solidaridad y por su sello distintivo: Chico emanaba alegría por todos los rincones por donde pasaba. Su bandera era su sonrisa.
Y esa sonrisa no era casual, porque era plenamente conciente del proceso político que vivimos, el cual cambió su propia vida. Pero como todo buen militante de las causas populares, con eso no le alcanzaba.
"Chicho" decía que sólo tenía un sueño: que no haya ningún pibe viviendo en la calle.
Recorría día y noche todas las esquinas y las plazas del barrio donde viven otros jóvenes en condiciones de marginalidad. Y al volver siempre decía: "A esos guachines hay que darles una esperanza y ¿sabés cómo se enganchan?".
Esa misma indignación y tristeza opr las injusticias fueron las que lo motivaron a sumarse a La Cámpora. Y fue esa misma alegría que le dio la militancia y un proyecto colectivo lo que le daba fuerzas cada día para luchar conciente de que no se rendiría hasta dar todo por cumplir aquel sueño.
Amaba profundamente la vida y eso se notaba.
Por eso, pese al dolor, su familia quiere despedirlo en el lugar en el que Chicho era más feliz. Ese lugar es donde él convocaba a otros pibes para inscribirse al Programa de Empleo Joven. Ese lugar pasó a ser en muy poco tiempo su segundo hogar, la unidad básica del barrio de Paternal.
"Chicho" nos deja una frase que repetía constantemente: "Somos nosotros". A cada compañero que se sumaba, le explicaba que esa frase sintetizaba el orgullo y la alegría de ser lo que somos como parte de este proyecto.
Acá seguirás con tu sonrisa maradoniana siempre a cuestas, bailando al compás de los bombos y cantándole a Nétor mirando al cielo. Acá seguirás, entre nosotros y en el recuerdo vivo de aquellos que nunca mueren.
Y acá seguiremos nosotros recordándote como merecés: militando para que no haya más injusticias ni pibes con hambre.
Quedate tranquilo, Chicho, somos nosotros.
*Extraido de la página web oficial de La Cámpora
http://www.lacampora.org/2011/06/24/somos-nosotros/
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