domingo, 12 de junio de 2011

Se inauguró la UB de la Cámpora Universidad con la consigna de llenar de Pueblo las universidades


La Cámpora Universidad inauguró, durante la tarde del sábado 11 de junio, una imponente unidad básica sobre la calle Junin al 477, a pocas cuadras del circuito de facultades que componen, entre otras, los edificios de Medicina, Ciencias Sociales y Económicas.

El acto fue masivo, ruidoso y festivo, y fueron Anabella Luccardi y Mariano Recalde –responsable y máximo referente del frente universitario, respectivamente-, junto a Andrés “Cuervo“ Larroque, Secretario General de La Cámpora, quienes tomaron la palabra para subrayar, cada uno a su modo, el estratégico lugar que debe ocupar la militancia universitaria para profundizar el proyecto nacional y popular que conduce la Presidenta de la Nación.

Pasadas las siete de la tarde la calle Junin estaba cortada, y la modorra que habitualmente gana el barrio cuando cae la noche, fue sacudida por la batucada de los bombos, redoblantes y cencerros, las flameadoras, los cánticos y el humo del choripán. En el frente del local, impresas en grandes dimensiones, dos imágenes claves de nuestra historia e identidad política: Perón y Evita y Néstor y Cristina. En la puerta, y dentro del local, los abogados de AJUS colaboraban con el cierre de los últimos detalles. Con el salón colmado de militancia, y mucha gente afuera, la actividad arrancó con un video producido por los anfitriones. Imágenes de archivo del General Perón, defendiendo el derecho al acceso a una universidad pública y gratuita de todos los compatriotas, y también las palabras de Cristina Fernández hace un puñado de días atrás, inaugurando una universidad nacional en Avellaneda, donde ponderó las conquistas realizadas de los últimos años en materia de ciencia y tecnología, pidiéndole a la militancia que no baje nunca las banderas que “ustedes mismos pintaron con sus manos”, y dejando frases memorables como “traer la universidad a la calle y llenar la universidad de Pueblo”.

Anabella Lucardi fue la primera en hablar. Emocionada, recordó los años previos al 2003, cuando militaba en la villa 20 de Lugano, “y ni nos imaginábamos un escenario político como el que hoy nos llena de alegría el corazón”. “Este local”, continuó, y apuntó con el brazo hacia el frente, colmado de compañeros, “representa una de las mil flores que nos pidió Néstor”. Un aplauso cerrado tras otro denotaban el clima de fiesta y confianza que se vive en cada una de las inauguraciones de locales que vivimos durante el último tiempo. Anabella remarcó que los estudiantes, graduados y profesionales, tienen que tener la responsabilidad de devolverle al país, a través del conocimiento, los avances tecnológicos y la ciencia en general, todo lo que recibieron de parte del Estado mientras estudiaron sus carreras. “Ayer la Presidenta dijo que hace diez años lanzábamos piedras y hoy lanzamos satélites”, recordó, en relación a un nuevo hecho histórico de la era kirchnerista, desestimada de manera miserable por los medios hegemónicos, y levantó un nuevo aplauso, cerrado, que enseguida despertó una canción de parte de la militancia. La responsable universitaria anunció que la unidad básica estará a disposición de los compañeros de militancia de la comuna 3, “para ganar la ciudad y sumarla al proyecto nacional”.

El locutor del acto, sagaz y de inmejorable ánimo, le pasó el micrófono a Mariano Recalde, quien después de saludar y celebrar la apertura del local, dijo que la unidad básica que se estaba inaugurando no era un espacio más: “es un aporte, una herramienta, para llenar de pueblo la universidad, tal cual sostiene nuestra Presidenta”. Reflexionó que los universitarios tienen una responsabilidad adicional como militantes, porque aparte de trabajar en los territorios, ahora, por ejemplo, a favor de la lista 604 que postula a los compañeros Filmus, Tomada y Cabandié para poner en sintonía a la ciudad con los lineamientos del proyecto nacional, “tenemos el desafío de construir un Frente Universitario Nacional que se ponga al servicio del Pueblo, y para que las academias dejen de formar profesionales liberales que tengan como único objetivo construir su propio porvenir o trabajar en favor de los intereses de las grandes corporaciones”. Más aplausos y nuevas consignas. También dijo que no puede ser que el Estado esté lleno de burócratas, y que hay que reemplazarlos de manera urgente con militantes formados, y que para eso “tenemos que sacar de la universidad cientos de militantes profesionales que gestionen a favor de los más necesitados”.

A esa altura de la noche el local era una caldera y las canciones de la militancia obligaban al Presidente de Aerolíneas Argentinas y referente de AJUS a hacer una pausa. Sólido y memorioso, recordó que la Presidenta de la Nación nos llamó “la generación del bicentenario”, y que “no sólo tenemos la responsabilidad de acompañarla, como lo venimos haciendo, sino también, tomar conciencia de que en unos años nos vamos a tener que hacer cargo de los destinos de la patria, y que para eso tenemos que formarnos, y mantenernos unidos en la diversidad”. Cerró, subiendo el tono de voz para hacerse escuchar entre los aplausos y gritos, diciendo “que el futuro llega muy rápido, compañeros, y queda en nuestras manos el desafío de estar a la altura de las circunstancias”.

El “Cuervo” Larroque dijo que no arrancaba hasta que Wado de Pedro y José Otavis, ambos de la de la conducción nacional de la Cámpora, no se acercasen hasta el frente. Anunció que Juan Cabandié no había podido llegar por que estaba de campaña en la Paternal, y en ese sentido felicitó a toda la militancia por el enorme esfuerzo que cada uno hace desde su lugar de pertenencia. “Hoy tuvimos ocho actividades, compañeros”, remarcó, para graficar la intensidad política que vive la organización. Después de los aplausos, Larroque recogió el guante que había dejado Anabella, y recordó los días del mes de junio del 2002, cuando la conoció en el marco de una conferencia de prensa, en un colegio secundario, en la que exigían justicia por los asesinatos de Maxi Kosteki y Darío Santillán. “Tenemos que barrer definitivamente las universidades y dejar en claro que nuestro proyecto político no tiene límites”, arremetió, “porque la producción de conocimiento se aplica a la política, y nuestra meta es la transformación integral de la Patria”.

Con soltura y vocación, Larroque dijo “que a los sectores medios les costaba entender el proyecto, y de alguna manera sentirse parte, pero con tenacidad, y mucha militancia, logramos cambiar el mapa, y tanto en julio como en octubre”, anunció, “vamos a ganar con esas mismas capas medias”. Dijo que “la militancia debe ser el blindaje de Cristina, porque minuto a minuto intentan degradarla, y que a las urnas el Pueblo no las va a llenar de votos sino de sueños”. Para cerrar, citó a Néstor Kirchner, a través de un párrafo del discurso que hiciese al asumir su cargo de Presidente de la Nación, el 25 de mayo de 2003: “por mandato popular, por comprensión histórica y por decisión política, ésta es la oportunidad de la transformación, del cambio cultural y moral que demanda la hora. Cambio es el nombre del futuro”.

El cierre del acto se coronó con la marcha peronista –y la emotiva actualización de la última estrofa que reivindica la resistencia en los años 90 y la vuelta en el 2003-. Después, ya en la calle, choripanes, cerveza, batucada, flameadoras, y la misma mística militante que invade cada día más barrios, distritos y provincias. Los vecinos de la calle Junin, pueden dar fe.

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