lunes, 11 de abril de 2011

Paka Paka para todos



A pesar de que en Mitologías Roland Barthes gritó piedra libre hace muchos años, esa operación según la cual el poder desvía la atención del gran público respecto del rol ejercido por las corporaciones hacia el rol que ejercen los explotados por las corporaciones, ha conseguido una exitosa invisibilización. Estos días, sin embargo, ha quedado en entredicho.

Algunos actores del escenario político nacional, entre los que se cuentan legisladores, asociaciones de empresarios de medios de comunicación, de jueces y de periodistas han elevado voces de repudio a los atentados al derecho a expresarse libremente sufrido por una empresa de marcada posición dominante. El recorte de la realidad efectuado hace eco de la versión divulgada por las empresas de comunicaciones: el domingo 27 de marzo, un grupo de trabajadores fogoneados por el secretario general de la CGT y, por lo tanto, también por el gobierno nacional, impidió la libre circulación de los diarios Clarín, Olé y La Nación y, con ello, el derecho de la ciudadanía de informarse por el medio que elija.

Este recorte se presenta como una expresión más de la pelea irracional que el gobierno nacional mantiene contra el grupo económico. Pese a su acicalamiento, la versión no sólo no es novedosa, sino que es la única que el grupo Clarín utiliza para intentar sofocar los debates alrededor de la ley de servicios de comunicación audiovisual, que dan espesura al concepto de “pluralidad” y que ponen en cuestión aquello que se ve, que se dice y que se escucha, en una búsqueda por reflejar con amplitud las identidades que dan vida a la Argentina.

En esa encerrona, el grupo Clarín se muerde la cola cuando impide la emisión de Paka Paka, el canal del Ministerio de Educación de la Nación creado para que todos los niños y niñas puedan no sólo aprender, participar y expresarse sino también reconocerse en la pantalla, con respeto por las diferencias y particularidades, estimulando su participación en la convivencia democrática.

La Convención sobre los Derechos del Niño reconoce sus derechos a acceder a contenidos de calidad que estimulen su desarrollo y su bienestar. Por su parte, la autoridad de aplicación de la Ley de Medios dictó la resolución 296/2010 con la finalidad de impedir que los operadores de cable perjudiquen a los canales no vinculados a sus empresas y que Paka Paka sea incluido en la grilla de canales operados por cable. A pesar de que la Cámara Federal de Bahía Blanca y la Cámara Federal de Mar del Plata resolvieron en contra de las pretensiones de Cablevisión S.A. y sus empresas absorbidas, éstas continúan, paradójicamente, incumpliendo la resolución 296. Para ello cuentan con la colaboración de jueces amigos como Ricardo Bustos Fierro, herencia de la decadencia menemista.

Desacierta quien señala que las medidas tomadas por los trabajadores de Artes Gráficas Rioplatenses, empresa del grupo Clarín, son un incidente aislado que no merece ser explicado salvo por su afectación a la libertad de expresión. También quien naturaliza que se impida la aparición de aquello que no se identifica con el arquetipo infantil expresado por la gran prensa, que niega lo diferente y exalta lo semejante. En nombre de la libertad de expresión se encubre un conflicto laboral que lleva 10 años, pero nada se dice de la libertad mellada de los niños argentinos de acceder a una programación que no los deje afuera del concepto de infancia.


Por María Alicia Landaburu (Abogados por la Justicia Social - AJUS)

Más sobre este tema, en la nota del compañero Esteban Carella publicada en Página 12





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