Políticas de Seguridad y Militancia

La Ministra de Seguridad, Nilda Garré, anunció en los últimos días numerosas y contundentes medidas para garantizar la seguridad a los ciudadanos y, en ese marco, señaló claramente el comienzo de un nuevo paradigma de control político de la Policía Federal Argentina. La decisión de la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner de terminar definitivamente con el autogobierno policial viene a cumplir una deuda pendiente de nuestra democracia: se comienza a dar vuelta una página con consecuencias de características históricas y es importante que la militancia se muestre activa y se fortalezca para respaldar estas medidas.

Así como circula con verosimilitud que la Policía Federal Argentina tiene cajas de recaudación ilegal, también circula con ese grado de creencia que la reacción policial puede ser fuerte y violenta si le cortan esos negocios ilegales y el control y poder territorial que tradicionalmente ejerce. En consecuencia, la militancia tiene que redoblar su esfuerzo en respaldar, apoyar y colaborar para que se puedan aplicar estas medidas y para prevenir reacciones con perjuicios para la integridad física de cualquier ciudadano. En ese sentido, la juventud –tradicionalmente perseguida y estigmatizada por las instituciones de seguridad- debe tener especial cuidado con las provocaciones, tanto en los estadios de fútbol y recitales como en los bares y en la vía pública. Y en caso de que ocurra alguna situación, es necesario tener capacidad de reacción, organizados y de manera inteligente.

Néstor Kirchner nos enseñó que el campo de la política es ilimitado si el fin es garantizar los derechos de la población. En ese marco, este duro camino que ahora emprende el gobierno nacional representa una oportunidad histórica para poder garantizar la seguridad ciudadana en todo el país y para pensar que en un futuro no tan lejano sean todos los integrantes de la Policía Federal Argentina los que se ocupen de esa tarea y no que muchos de ellos trabajen para lo contrario, incrementando los índices de inseguridad. Es decir, para que sea parte de la solución y no del problema. Pero para eso tenemos que comprometernos todos.

Por Ricardo Dios (Abogados por la Justicia Social - AJUS)